Los agricultores recurrían a prácticas tales como la utilización del sistema de terrazas en pendientes de 40% o más, la selección de maíces criollos adaptados a la región, sistemas de cultivo ajustados al reciclaje orgánico natural del suelo y aplicación de cenizas alrededor de plantas enfermas.
Actualmente, la agricultura es principalmente de temporal. Se siembra de mayo a junio y se cosecha en diciembre y enero. En su larga relación con el medio ambiente, los ribereños han desarrollado una serie de estrategias como son el preferir la cosecha segura a la abundante; seleccionar el maíz criollo dependiendo de la ubicación del poblado, de las condiciones meteorológicas y de las necesidades alimenticias y culturales; conservar el suelo poniendo en práctica el descanso anual, el surcado en contorno, la fertilización orgánica y la construcción de terrazas; la obtención de varias cosechas por medio de la asociación de cultivos; el aprovechamiento de otras plantas (como las medicinales) que crecen en la milpa; dar un uso múltiple tanto al grano del maíz como a las diferentes partes de la planta y la siembra de hortalizas en patios u otros espacios reducidos (Argueto et al, 1986: 76-77).
Los habitantes del lago reconocen tres temporadas durante el año: la de calor o tsandeni, de marzo a mayo; la de lluvias, llamada janikuecha o emenda de junio a octubre y la de frío o tsirápiti, de noviembre a febrero.
 
 
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