Los pescadores
se organizaban en una estructura de carácter familiar, usaban redes
que ahora están en desuso, se ubicaban en lugares poco profundos
y se manejaban en canoas pequeñas con una o dos personas. Sin embargo,
las técnicas tradicionales han ido cambiando a causa de problemas
como el descenso en el nivel del agua, la abundante vegetación acuática,
la pesca excesiva, la introducción de nuevas especies y otros problemas
que han afectado a la población de peces. |
Algunos cambiaron
sus actividades por la agricultura y la producción artesanal, otros
decidieron cambiar los tipos de instrumentos. Por ejemplo, consideraban
que las redes que utilizaban tenían desventajas desde el punto de
vista del producto capturado/tiempo, por lo que ahora las han cambiado por
unas que permiten al hombre realizar otra actividad al mismo tiempo. |
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Frecuentemente
se combinan las tareas agrícolas con las pesqueras. "Uno ya
acabó de trabajar, de tirar trigo y todo eso, bueno
de estar
en la casa de enbalde, pues yo me vengo a pescar y ya para la cosecha va
uno a cosechar, deja aquí la red y va a levantar su frijol o su maíz.
Acabo de allá y al agua
no hay de otra, la vida es difícil"
(Argueto et al, 1986: 75). |
Todas las comunidades
ribereñas tienen pescadores, aunque esta actividad predomina en las
islas de Tecuena, Pacanda, Yanuén y de los Urandenes; así
como en los poblados de Ucasanástacua, Ichupio y Tarerio, entre otras. |
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Los pobladores
de la región se organizan para sus actividades productivas de manera
individual, familiar o en grupos pequeños. Sin embargo, existen diversas
organizaciones y acuerdos entre los pescadores. En este sentido se cuenta
con 29 uniones de pescadores que controlan la producción y sirven
para saber quiénes están pescando así como una cooperativa
en Erongarícuaro. |
Para ir al
trabajo cotidiano, la pesca, los pobladores ribereños usan embarcaciones
de madera de pino de una sola pieza que obtienen en las inmediaciones de
la sierra tarasca. Si la canoa es individual se le llama ichárhuta
y es la más usada. Las embarcaciones mayores pueden transportar de
10 a 20 personas y se conocen como tepari (Argueto et
al, 1986: 70). |
Por su parte,
cada pescador teje su propia red, sólo ocasionalmente compra una
ya hecha. Existe una tradición, ahora en desuso, de que para estrenar
una red se extiende la misma y se deja pasar por la malla el humo de un
trozo de pescado con copal, "ya que los peces reconocen el olor propio
y las redes agarran más" (Argueto et al,
1986: 67). |
La actividad
es predominantemente masculina. Las mujeres realizan otras tareas como la
comercialización del producto y la repartición del mismo entre
aquellos que colaboraron en la pesca. Normalmente se trata de dos o tres
peones, más los dueños de la canoa y del chinchorro (una red
de gran tamaño que sirve para cerrar una bahía, mide al menos
100 m). El patrón toma la mitad del producto y los peones comparten
la otra mitad. En casa, las esposas y las hijas se encargan de preparar
el pescado. |
Para poder
realizar su actividad pesquera, los habitantes del lago requieren de un
conocimiento profundo del lugar y de cada una de las especies, mismo que
se han transmitido de generación en generación. De esta manera,
las especies locales tienen su nombre en purépecha, así como
cada una de las partes del pez (Argueto et al, 1986:
39). |
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En cuanto
a los vientos, los pobladores de Ihuatzio los han identificado y nombrado.
Están los vientos que anuncian las heladas y se producen durante
las sequías, al empezar el invierno; por ejemplo, el tariata iauákua,
que circula por el corredor Quiroga-Tzintzuntzan hacia Ihuatzio. También
están los vientos que se dan después de las lluvias, como
el tariata ts'akápehuarhu, llamados vientos del sur; y los vientos
alisios o tariata terújchukua. Es importante conocer los vientos
que predominan en la región para decidir sobre la posibilidad de
pescar. "Cuando el viento es fuerte, las olas crecen, los peces se
recogen a lo hondo del lago y las canoas se pueden voltear" (Argueto
et al, 1986: 32-33). |
Otra influencia
del viento sobre el agua es que con el movimiento del oleaje se mueven las
algas y forman una figura que la gente llama "la flor del agua".
"Cuando estas flores se hacen más frecuentes en el lago, están
anunciando la temporada de lluvias" (Argueto et al,
1986: 32-33). |
Las corrientes
del lago son denominadas iurékuecha y las más importantes
son: la que va de oriente a poniente que es la más fuerte, la que
va de sur a norte y finalmente, la que va de norte a sur. Las dos primeras
son las benéficas para la pesca (Argueto et al,
1986: 33). |
Para ellos,
la luna o nana kutsi ejerce influencia sobre la pesca de la misma manera
que influye en la fertilidad de la mujer, de las plantas y los animales.
Conforme el satélite va de creciente a menguante, las redes deben
subirse del fondo a la superficie pues los peces nadan a distintas profundidades
dependiendo de la luna. "Los días de luna llena son malos porque
el pescadito nos ve con la red y entonces se va pa' dentro" (Argueto
et al, 1986: 33). |
El conocimiento
de su medio ambiente llega al punto de usar el olfato en sus tareas productivas,
"porque el agua huele", dicen ellos. Pueden saber cuáles
son los sitios de reproducción o dónde hay abundantes peces.
También afirman que reconocen los sitios por la presencia de algún
zacate, por el tule o por las piedras. |
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